ROMA, 19 de mayo de 2014 (
Zenit.org) - El
papa Francisco acudirá en Roma al Estadio Olímpico, el próximo 2 de junio. Pero
no será para un evento deportivo, sino para acompañar a más de 50 mil miembros
de la Renovación Carismática Católica (RCC) en su encuentro nacional anual. Los
90 minutos que el Santo Padre pasará allí, será un tiempo de acogida, oración,
cantos, testimonios, diálogo y escucha. Para conocer un poco más de la relación
del cardenal Bergoglio con este movimiento, ZENIT ha entrevistado a Pino
Scafuro. Casado, con dos hijos, tiene 48 años y es industrial. Scafuro es
coordinador de la RCC de Buenos Aires y vicepresidente de la Fraternidad Mundial
de Comunidades de la Renovación Carismática.
El mismo Francisco contó que al principio pensaba que en la Renovación
"confunden una celebración con una escuela de samba" pero ha afirmado que se
"convirtió" cuando vio el bien que hacían.
Podría hablarnos de la realidad actual de la Renovación Carismática
en Argentina
-- Pino Scafuro: La Renovación Carismática en Argentina
ha sido reconocida primero por el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal
Bergoglio y luego por la Conferencia Episcopal Argentina como una “corriente de
gracia”, compuesta por múltiples expresiones suscitadas por el Espíritu Santo:
grupos de oración, comunidades de alianza, comunidades religiosas, comunidades
ecuménicas, etc.
Esta concepción amplia le otorga un excepcional espacio para
la creatividad y el despliegue de carismas, buscando más formas de
anunciar a Jesucristo.
Queremos seguir manteniendo esa gracia inicial de la
unidad en la diversidad, que es obra del Espíritu Santo, como siempre
remarcó.
¿Cómo fue el primer contacto del cardenal Bergoglio con la RCC en
Argentina?
-- Pino Scafuro: La corriente carismática católica
comenzó hace más de cuarenta años en Argentina. Las primeras comunidades
de oración fueron iniciadas por religiosos trinitarios y jesuitas. En aquel
entonces, era una espiritualidad desconocida en la Iglesia, que crecía veloz y
espontáneamente, a veces con falencias propias de una experiencia nueva, para
quienes participaban y para quienes debían vigilarla.
En aquel entonces, el
joven padre Jorge Mario Bergoglio era el provincial de los jesuitas y le tocó
pedir prudencia a sus animadores.
En una ocasión, el Santo Padre Francisco dijo, hablando sobre RCC,
que "a finales de los 70, inicios de los 80, yo no los podía ver, y
que había dicho: 'éstos confunden una celebración con una escuela de
samba'. Pero que después se arrepintió porque "lo conocí mejor, es verdad
que el movimiento tiene buenos asesores y ha ido en un buen camino". ¿Cómo era
la relación del cardenal Bergoglio con la RCC en Argentina?
--
Pino Scafuro: Luego del período al que hice referencia antes, en la década del
90, siendo el ya obispo auxiliar y luego arzobispo de Buenos Aires, comenzamos a
tener una relación cada vez más estrecha y paternal.
Fue aprobando, apoyando
y participando en muchas actividades nuestras, las que cada vez tenían mayor
proyección. Los programas de formación, retiros, eventos de evangelización y los
encuentros que fomentamos de unidad de los cristianos e interreligiosos, entre
otros.
Ese acompañamiento y apoyo, muchas veces, tenía un énfasis que nos
sorprendía.
También lo repitió, como Papa, en la conferencia de prensa del
avión de regreso de Río de Janeiro, cuando dijo: “En Buenos Aires, yo me reunía
frecuentemente y una vez al año celebraba la misa con todos ellos en la
catedral. Les he apoyado siempre, cuando me he
convertido, cuando
he visto el bien que hacían. Pero ¿cómo se puede sostener un movimiento
que es tan libre? También la Iglesia es libre. El Espíritu Santo hace lo que
quiere. Además, Él hace el trabajo de la armonía…” En esta respuesta el Santo
Padre expresa su reconocimiento de la naturaleza de la Renovación Carismática
“un movimiento que es tan libre…” Esto nos llena de alegría.
¿Ha tenido ocasión de comunicarse con él después de haber sido
elegido Sucesor de Pedro?
-- Pino Scafuro
: Sí, pude
saludarlo brevemente en Roma. Lo encontré muy animado y al tanto de los
detalles, como siempre.
¿Cómo definiría al cardenal que usted conoció?
-- Pino
Scafuro: Como un obispo siempre a disposición de sus sacerdotes, de los laicos y
de quienes solicitaban su consejo o ayuda, especialmente de los pobres. Los
pobres y los excluidos han sido siempre su prioridad. Un pastor según el
Evangelio. Un hombre lucido y realista, un hombre de oración y un digno hijo de
san Ignacio de Loyola. Sabio y sencillo. Escucha con atención a todos, pero
luego toma decisiones de forma libre y firme.
El papa Francisco acudirá al Estadio Olímpico de Roma el día 1 de
junio para el encuentro italiano de la Renovación, ¿qué supondrá este
gesto del Papa para la RCC en concreto y para la vida de los movimientos en
general?
-- Pino Scafuro
: Será un encuentro
internacional de la Renovación Carismática Católica en sus múltiples
expresiones. Un gesto más del Santo Padre de su cercanía a la Renovación
Carismática de los tantos que ya dio en Buenos Aires. De hecho, ya estaba
nombrado por la Conferencia Episcopal como asistente espiritual de la Renovación
Carismática en la Argentina, a hacerse efectivo a su vuelta del Cónclave… cosa
que no sucedió, como todos sabemos.
Sobre los movimientos, también dice en la
conferencia de prensa en el avión: “Creo que los movimientos son necesarios. Los
movimientos son una gracia del Espíritu”. Este encuentro será de gran
bendición.
Hace más de un año inició el pontificado de Francisco, y sigue
sorprendiendo con sus gestos, sus palabras, ¿quienes ya le conocían también se
sorprenden?
-- Pino Scafuro: No, no nos sorprende. ¡El no cambió!.
Estamos acostumbrados a sus gestos y a sus palabras porque así era como
arzobispo de Buenos Aires.
¿Hay algún episodio de la relación de Bergoglio como arzobispo de
Buenos Aires con la RCC que recuerde de forma especial?
-- Pino
Scafuro: Sí, a nivel institucional, que haya ha reconocido a la Renovación
Carismática como una “corriente de gracia”. Esto significa que no reconoce
fundador humano. Fue suscitada por el Espíritu Santo. Y esta realidad nos
compromete a vivir en la libertad del Espíritu, “que hace la armonía”, como lo
expresa el Papa Francisco.
Pero además, nos conmovió su involucramiento
personal en las distintas situaciones, a veces complejas, que se planteaban en
la RCC, para ayudarla a crecer y fructificar. A nivel del contacto humano,
es de destacar su proximidad y sin dejar de lado la profundidad, exhibe buen
humor.
En una de las oportunidades de las que concurrió a la Escuela de
Formación de la Renovación Carismática de Buenos Aires, Bergoglio habló de la
Iglesia como su “esposa”. Entonces yo le pregunté públicamente, frente a
cientos de personas: "¿Cómo se lleva con su esposa?" Él me respondió: "Muy bien,
pero quiero aclararles que tengo un beneficio a mi favor ¡No tengo
suegra!".
Luego de cada evento en los que participaba con nosotros, se
ocupaba de saludar uno a uno a los asistentes. La situación era de gran fricción
entre la muchedumbre y ciertamente corría riesgos de desestabilizarse con los
empujones de la gente que quería saludarle o pedirle su bendición.
En una
oportunidad le dije: "¡Padre salude desde arriba del escalón para estar más
resguardado!" Y luego él me dijo: "Me gusta estar al mismo nivel de la gente, no
desde arriba". No volví a recomendárselo y esa situación me hace entender
su actual contacto tan cercano con la gente, siendo obispo de
Roma.