jueves, noviembre 23, 2006

Monjes de clausura salen al mundo desde Internet

Están recluidos en La Cartuja de Miraflores (Burgos) y lanzaron su sitio web desde donde explican las razones de su aislamiento.

Los monjes de La Cartuja de Miraflores, Burgos, España, acaban de poner en línea su sitio web, desde donde explican al mundo las razones de su aislamiento, el modo de vida contemplativo y la disponibilidad para convocar a jóvenes que aspiren a ese tipo de vocación religiosa.Los padres y hermanos de la Cartuja de Miraflores (Burgos), una veintena de eremitas dedicados en cuerpo y alma a la oración y al silencio en plena sociedad globalizada, han recurrido a internet para explicar al mundo las razones de su aislamiento e invitar a quien lo desee a sumarse a su modo de vida.

Admiten aspirantes con edades comprendidas entre los 19 y 45 años, en buen estado físico, previa recomendación de un sacerdote y después de un periodo inicial de prueba de ocho a quince días.La severa, disciplinada y rigurosa vida contemplativa asumida por los monjes albos, caracterizada por la soledad, el silencio, los frecuentes ayunos y la constante interrupción del sueño, exige una fortaleza tal que limita la admisión de potenciales postulantes a un mínimo de diecinueve años cumplidos y restringe la incorporación de observantes que rebasen los 45.

"Para ser cartujo se necesita, ante todo, sentir la llamada de Dios o vocación. (...) Se requiere también buena salud, no sólo física, sino también psíquica. La adaptación a la soledad exige un carácter equilibrado y madurez humana", advierte en su página web (http://www.cartuja.org/identidad.htm) a los posibles aspirantes esa orden con más de nueve siglos de antigüedad.

Fue San Bruno, nacido hacia el año 1030 en Colonia (Alemania), quien instauró esa institución monástica con la fundación en el año 1084 del primer eremitorio en las montañas alpinas de Chartreuse (Francia), adonde se retiró con seis compañeros para "hacer presentes al Señor las necesidades de los hombres" a través de la oración y la penitencia.Casi mil años después, los cartujos recurren a las nuevas tecnologías de la sociedad de la información a través de internet para no transgredir su compromiso de silencio y ofrecer así al resto del mundo un modo de vida que choca frontalmente con la mayor parte de los hábitos de la sociedad globalizada del siglo XXI.

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