miércoles, junio 14, 2006

Brasil ya es campeón

De los millones de argentinos que ayer a la tarde cruzaban los dedos para que Brasil no metiera la pelota en el arco croata, muy pocos saben que nuestros vecinos no necesitan ganar el campeonato mundial de fútbol. Claro, porque ya son campeones. Y en algo mucho más importante que el jogo bonito ...

Ocurre que la semana última la OPS entregó a las autoridades sanitarias de ese país el Certificado Internacional de Eliminación de la Transmisión del Mal de Chagas por Triatoma infestans , insecto vulgarmente conocido por el nombre de "vinchuca". Brasil alcanzó, así, un logro histórico. "Es un hito en el control de las enfermedades tropicales", afirma el doctor Ricardo Gurtler, destacado investigador argentino en Chagas que estuvo presente en la reunión de la OPS en Brasilia.

¿Cómo lo hicieron? Primero, tomaron la decisión política y la cumplieron a rajatabla. Según el Ministerio de Salud brasileño, en los últimos tres años el país vecino invirtió más de 30 millones de dólares en el combate contra la vinchuca. La fórmula fue sencilla: "Crearon un programa de control que tenía 9000 operarios de campo -detalla Gurtler. Y enseguida agrega:- En la Argentina son unos 300, muchos de ellos en tareas administrativas."

Es que la eliminación de las vinchucas no tiene muchos secretos: se aplican insecticidas de poder residual con aspersores manuales... El secreto tal vez esté en la persistencia. En Brasil, el programa contra el mal de Chagas comenzó hace alrededor de dos décadas. A lo largo de todo ese tiempo tuvo éxitos parciales, pero no perdió de vista el objetivo final, que era la eliminación completa del Triatoma infestans, una especie introducida en territorio brasileño a principios de siglo XX, que se expandió en forma explosiva y produjo altas tasas de infección en la población.

Gurtler no puede evitar reparar en las diferencias entre el modus operandi local y el de los vecinos: "Es interesante ver la magnitud y la constancia del esfuerzo que han realizado, independientemente de los gobiernos que se sucedieron y gracias a un matrimonio exitoso entre científicos y funcionarios", subraya. Por ejemplo, en el último trienio llevan analizadas 90.000 muestras de sangre (de una meta de 150.000) recogidas en diferentes regiones del país en chicos de entre cero y cinco años. Descubrieron 113 casos, confirmaron la mitad y, de ese total, sólo encontraron ocho atribuibles al Triatoma. "Les quedan menos de 200 insectos en casi dos millones de viviendas revisadas anualmente durante los últimos veinte años", destaca Gurtler.

En la Argentina, si bien se conquistaron logros notables en el control de la transmisión congénita, la situación empeora desde el año 2000. Afirma Gurtler: "Lo que se hace no alcanza para la seriedad del problema". No hay caso. En esto ya perdimos. A menos que contraataquemos a fondo y demos vuelta el partido...

Por Nora Bär para La Nación

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