lunes, junio 12, 2006

La Iglesia llamó al perdón y la reconciliación de los argentinos

El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Casaretto, instó a restablecer la concordia. También reclamó una “cultura del diálogo” para contribuir, mediante políticas de Estado, a un país más democrático y equitativo.

Luego de los recientes roces entre el Gobierno y sectores militares que tuvieron como eje la posición frente a la represión ilegal durante la última dictadura y sus secuelas, la Iglesia abogó este domingo por el perdón como uno de los pilares para la superación de la discordia que suscita el pasado violento.A modo de mensaje final de las jornadas sociales que anualmente organiza la Comisión de Pastoral Social, su presidente, el obispo Jorge Casaretto, dijo que el país "necesita reconciliación en la verdad y en la justicia, pero también que llegue el perdón para que se restablezca plenamente la concordia".

Delante de empresarios y dirigentes sindicales de gremios afiliados a la CGT y funcionarios además de media docena de obispos y un centenar de dirigentes laicos, Casaretto advirtió en ese sentido que "la sociedad está extremadamente nerviosa y tiene que encontrarse más". Por eso, consideró "muy importante trabajar en la reconciliación de los argentinos", una acción que inscribió dentro de las grandes recomendaciones sociales de la Iglesia argentina en este tiempo. Entre ellas, incluyó "la búsqueda de consensos en torno de políticas de Estado en un marco de un proyecto de país".

Las palabras de Casaretto llegan después de que militares en actividad y en retiro, realizaran el 24 de mayo pasado un acto en la Plaza San Martín en el que reivindicaron el terrorismo de Estado. Las sanciones no se hicieron esperar. Tampoco la respuesta de Néstor Kirchner, quien eligió el Día del Ejército para responderles: "No les tengo miedo", les replicó Kirchner a los militares críticos de su política de derechos humanos. A su vez, el Ministerio de Defensa había anunciado la "provincialización" de los liceos militares —medida que Kirchner no dejó firme por la resistencia que suscitó— en el marco de la reestructuración de las FF.AA.

Si bien la Iglesia abogó muchas veces por la reconciliación, es la primera vez durante la administración kirchnerista que habla tan claramente de la necesidad de perdón. Los dichos cobran también particular relevancia por provenir de un obispo enrolado en el progresismo moderado, apreciado por la Casa Rosada.

En rigor, a los obispos no les gusta la insistencia de Kirchner con el pasado violento y creen que es tiempo de dar paso a la historia, sin perjuicio de la sustanciación de las causas judiciales contra militares que violaron los derechos humanos en la pasada dictadura.Tampoco les gusta a los obispos el perfil confrontativo de Kirchner, ni la excesiva defensa que hacen los distintos sectores de sus intereses.

Ayer, Casaretto también insistió en la necesidad de desarrollar "una cultura del diálogo". "El clima de reivindicación sectorial se impone al clima de búsqueda del bien común", dijo. Agregó que esto tiene como telón de fondo "una sociedad fragmentada". Pidió "más fraternidad" y pasar de ser "habitantes a ciudadanos".

El tema del encuentro fue el de la capacitación laboral, pero la cuestión del consenso en torno a "un proyecto de país" estuvo como telón de fondo. Por el Gobierno, estuvieron el ministro de Educación, Daniel Filmus, cuyo discurso sobre la situación educativa cayó bien entre los obispos. También expusieron el viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y el subsecretario de Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo, Daniel Hernández.La Santa Sede estuvo representada nada menos que por el presidente de la Comisión Justicia y Paz (la "Pastoral Social" del Vaticano), cardenal Renato Martino.

En su discurso, Martino expresó la preocupación de la Iglesia por la flexibilización laboral que capea a nivel mundial. Para el purpurado, esto es "una forma de disfrazar la desocupación". Pero fue optimista respecto del país. "Está creciendo al 9 % anual", destacó.

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