domingo, septiembre 11, 2005


Día del maestro, una reflexión de Jorge Bucay en Revista Viva de Clarín de hoy...

En un pequeño pueblo del norte sucedió un día que un hombre tuvo un ataque al corazón y fue
llevado rápidamente al pequeño hospital regional. Los médicos armaron para él una improvisada unidad coronaria y prohibieron que tuviera visitas para evitarle cargas emocionales. Poco antes del alta, sus vecinos se enteraron de que un abogado lo estaba buscando para hacerle saber que un tío suyo había fallecido en España y le había nombrado su el heredero de un millón de dólares. Sus vecinos y amigos tenían mucho miedo de lo que pasaría con el pobre hombre si se enteraba de improviso de esta situación. Le pidieron al médico que fuera él quien le diera la noticia pero respondió que no era psicólogo y que no sabría cómo hacerlo. Dado que ninguno de sus más allegados se setía capaz, fueron a ver al maestro de la escuela.
El maestro fue al sanatorio y muy sutilmente en tren de imaginarios le preguntó al paciente qué es lo que él haría si heredara un millón de dólares. El internado respondió que si eso sucediera le donaría la mitad a la escuela. ¡En ese momento el maestro cayó muerto ahí mismo!

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