domingo, septiembre 04, 2005

Zanahoria, Huevo o Café de Euclides Melgarejo

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bowl. Sacó los huevos y los colocó en otro bowl. Coló el café y lo puso en un tercer bowl. Mirando a su hija le dijo: _"Querida, ¿qué ves?" Zanahorias, huevos y café fue su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. La hija preguntó: _"¿Qué significa esto, padre?" El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua. _"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. Y continuó: _"Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?. ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?" ¿Y cómo somos nosotros? ¿Somos como una zanahoria que parecemos fuertes pero que cuando la adversidad y el dolor nos tocan, nos volvemos débiles y perdemos nuestra fortaleza? ¿Somos como un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseíamos un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido nos hemos vuelto duros y rígidos? Por fuera nos vemos igual, pero ¿somos amargados y ásperos, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O somos como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si somos como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor nosotros reaccionamos mejor y hacemos que las cosas a nuestro alrededor mejoren. ¿Cómo manejamos la adversidad? ¿Somos como una zanahoria, un huevo o un grano de café?

PENSAMIENTO por SAI BABA: EL CORAZÓN DEL HOMBRE DEBE HACERSE FUERTE, NO ENDURECERSE; TIENE QUE SUAVIZARSE, NO VOLVERSE INDIFERENTE. ESTO PUEDE LOGRARSE ÚNICAMENTE TRAS LOS GOLPES DE LA PÉRDIDA, LA AFLICCIÓN Y LA DESGRACIA. ES LA MANERA COMO DIOS NOS FORJA EN EL MOLDE DIVINO. PUES SÓLO CUANDO ESTAMOS "DESTRUIDOS" PUEDE EMPEZAR DIOS A "TRABAJAR" EN NOSOTROS. PERO EL HOMBRE ESTÁ CIEGO Y NO VE LA MISERICORDIA DEL CREADOR; ¡SE REBELA AL PRIMER GOLPE DE CINCEL DEL ESCULTOR!

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