sábado, septiembre 03, 2005

El ruido de la carreta...

Cierta mañana, mi padre me invito a dar un paseo por el bosque y acepte con placer. El se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó: Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más? Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta. Eso es -dijo mi Padre-. Es una carreta vacía. Pregunté a mi Padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la vemos? Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuando una carreta esta vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace. Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todo el mundo, inoportuna, presumiendo de lo que tiene (y lo más seguro que no tiene nada), de sentirse prepotente y haciendo menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo: "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace". La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas, y recuerda que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero y nadie está más vacío que aquel que está lleno de egoísmo.

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