Peligra el financiamiento de las bibliotecas populares del país, que fueron creadas hace 135 años por Sarmiento. Se sostienen con un fondo que surge de la Lotería, pero que caduca a fin de año.
La continuidad de la fuente de recursos depende de un proyecto estancado desde mayo en el Congreso. Son 1963 instituciones que fomentan la lectura en las zonas más remotas.
Hoy, cuando cumplen 135 años de vida, por iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento, las bibliotecas populares del país tienen un futuro incierto y podrían quedar paralizadas el año próximo por falta de financiamiento.
¿Cuál es la razón? Las 1963 bibliotecas se financian con un fondo especial que se constituye con un porcentaje de la recaudación de los premios cobrados de la Lotería Nacional, renovable por ley cada diez años. Y el plazo vencerá el próximo 31 de diciembre. El proyecto de renovación fue enviado por el presidente Kirchner en mayo último al Congreso, sin que hasta hoy haya habido sanción.
Así lo comentó con preocupación a LA NACION la presidenta de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), María del Carmen Bianchi. La funcionaria dijo que desde 1999 el porcentaje asignado a la Conabip ha mermado. Sobre $ 14 millones otorgados ese año, el organismo proyecta una recaudación de seis millones de pesos hasta fin de año.
Hasta hoy, el fondo especial ha cosechado sólo $ 4,7 millones, por lo que el Poder Ejecutivo ha tenido que acudir en auxilio de las 1963 bibliotecas populares con tres millones de pesos adicionales el año último y con 4,8 millones este año, para poder cumplir con el programa de subsidios y compras de libros para nutrir el acervo de las bibliotecas en todo el país.
Por vía separada, varias de estas entidades -cuya situación es muy disímil según su antigüedad, capacitación de sus bibliotecarios, participación del voluntariado y ubicación geográfica- han presentado proyectos de infraestructura y remodelación por un monto superior a los $ 45 millones.
Las obras se financiarán a través de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, en la órbita del ministro Julio De Vido. Las obras menores que $ 15.000 se adjudicarán de manera directa, pero por encima de ese monto, los fondos se manejarán a través de los municipios, lo que crea a las bibliotecas un obstáculo adicional en un año proselitista nacional.
Bianchi señaló que este año la Conabip otorgó subsidios a las bibliotecas por un monto total de $ 3.527.000 y se distribuyeron 242.770 ejemplares en las 1963 instituciones, frente a las 169.588 unidades que habían llegado a las bibliotecas en 2004.
Entre las mayores dificultades para unificar a todas las bibliotecas en un sistema nacional en red, la funcionaria mencionó el cuadro de situación en que las entidades se encuentran.
Salto al siglo XXI
Algunas bibliotecas funcionan sin personal especializado, con pocos bibliotecarios graduados, sin edificio propio y no es extraño encontrar una biblioteca popular en funcionamiento tanto en el garaje de una casa o en un cuarto adaptado a tales fines. Tal como lo sintetiza Bianchi, es dar un salto del siglo XIX al siglo XXI.
Otro asunto esencial es devolver a la biblioteca popular el espíritu con el que fue creada hace 135 años. Las tendencias en bibliotecología mundial marcan hoy que una biblioteca popular tiene que convertirse en un verdadero centro de información ciudadana, de modo que la gente pueda acceder a todo tipo de dato. Desde el proceso de realización de un trámite jubilatorio, hasta pagar un impuesto por Internet, consultar una guía turística del lugar de influencia o conocer el número de escuelas de la zona para inscribir a sus hijos.
La presidenta de la Conabip dijo que al servicio de información ciudadana, una alternativa en funcionamiento en ese organismo, han adherido apenas 700 bibliotecas y hay otras 200 en proceso de incorporar este servicio para los ciudadanos.
"De a poco hay que convencer a las bibliotecas de que un ciudadano inquieto por sus derechos y con la suficiente información es un colaborador potencial de estas entidades", dijo Bianchi. El número de voluntarios censados este año en todas las bibliotecas públicas del país es de 26.056.
Pese a que se conoció, por el censo, que en lo que va del año el promedio de usuarios supera las 873.800 personas, no es posible establecer una comparación con otros períodos por falta de estadísticas confiables.
De las 1963 bibliotecas adheridas a la Conabip, sólo 1462 cuentan con Internet.
Por Susana Reinoso
De la Redacción de LA NACION
Sostenidas por el juego
En todo el país hay 1963 bibliotecas populares, que se financian con los juegos de azar.
La Conabip impulsa contra reloj la prórroga del fondo especial para el funcionamiento de las bibliotecas y su autarquía financiera y administrativa.
El presidente Kirchner prometió incluir partidas por $ 5 millones en el presupuesto nacional de 2006 para el sostenimiento de las bibliotecas, según informó la Conabip.
El aporte de socios y voluntarios a las bibliotecas populares alcanza este año $ 1.000.000.
Ya se realizaron 2400 proyectos de apoyo a la promoción de la lectura y la escolaridad.
Hoy, a las 18.30, en el Palais de Glace, se entregarán a las bibliotecas populares los Premios Graciela Cabal a los mejores programas de incentivo de la lectura. Consiste en un subsidio especial de $ 1500 en distintas categorías.
Link corto: http://www.lanacion.com.ar/741144
martes, octubre 04, 2005
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