Algunos empresarios son los nuevos indeseables, para la administración, que abjura de los 90. Otros hombres de negocios son tolerados y se los escucha.
La tensa relación entre el Gobierno y las empresas se analizó en un seminario de la Universidad Austral. Un consultor comparó el mundo corporativo con el sistema de castas de la India
La relación entre el Gobierno, los medios de comunicación y las empresas es la de un triángulo amoroso conflictivo, de odios y amores. Y para el gobierno actual, las empresas que hicieron grandes negocios en los 90 son lo peor, como los intocables a los que nadie en la India quiere acercarse. Así, con un aire zumbón, se expresó recientemente Miguel Ritter, consultor de empresas, con larga actuación en medios empresarios y académicos, en una jornada sobre la relación entre gobiernos, medios y empresas organizada por la Asociación de Graduados en Comunicación Social de la Universidad Austral, en el Hotel InterContinental.
Entre otros, expusieron allí Bartolomé de Vedia, editorialista de LA NACION; Julio Blanck, editor jefe de Clarín; Eduardo Zunino, secretario de redacción del diario Perfil; Jorge Marirrodriga, corresponsal de El País, de Madrid, y vicepresidente de la Asociación de Corresponsales Extranjeros; Cristina Pérez, del Foro de Periodismo Argentino (Fopea); Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras, y Vanessa Weyrauch, directora de comunicaciones del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).
Ritter dijo que para este gobierno el mundo de las empresas es como el sistema de nueve castas de la India. Cuando habló, estaba por decidirse la salida de Roberto Lavagna del gobierno, pero Ritter considera ahora que el panorama no ha cambiado y que su análisis sigue vigente. Abajo de todo están los "intocables"; son los "maalas", representados por las empresas que hicieron negocios con el Estado en la década menemista, que perdieron mucho dinero por el cambio de las reglas de juego y fueron a reclamar al tribunal del Ciadi. "El Gobierno las odia.
En la India, los intocables se ocupan de los muertos, aquí se pretende que las muertas sean ellas", dijo el consultor. Un escalón más arriba están las empresas privatizadas de servicios públicos. Son de la casta de los "candelas", que en la India se dedican a hacer zapatos, "algo que allá parece bastante indigno, como que pretendieran un aumento de sus tarifas para poder volver a invertir. Si estas empresas están en manos de capitales argentinos (por ejemplo, los ferrocarriles) existe cierta posibilidad de subir de casta".
En el tercer lugar, Ritter pone a los "chakalis", que en la India se ocupan del lavado de la ropa. Aquí supuestamente se ocupan del aumento de los precios. Los supermercadistas cayeron a este escalafón luego de que Alfredo Coto, "un empresario auténticamente nacional", le sugirió al Gobierno que rebajara el IVA para la canasta básica. El presidente Néstor Kirchner los acusó de querer desestabilizar la economía y la subsecretaria de Defensa del Consumidor, Patricia Vaca Narvaja, dijo que "pretenden los márgenes de rentabilidad de otra época". "¡Qué vivos!, ¡así cualquiera!", comentó Ritter.
Casta multinacional
Un poco más arriba están los "goudaas", que recogen la savia de palma para hacer azúcar. En la Argentina estarían en esta casta la mayoría de las grandes empresas de origen multinacional, a las que en otras épocas la militancia llamaba "la sinarquía". El quinto y cuarto lugar en la escala lo ocupan los "kurumaas" y los "kaapus", que en la India crían las ovejas y hacen los arados. En la Argentina "también crían vacas, pero no sagradas", deslizó Ritter. Estas empresas agropecuarias generan mucha riqueza pero pretenden que se les eliminen las retenciones. "Menos mal que el bolivariano (por el presidente Chávez) no vive aquí. Si no, ya los habría amenazado con una expropiación." Los "banias" son los terceros en el escalafón. En la India controlan el comercio. Gracias a Carlos de la Vega, director de la Cámara Argentina de Comercio, bromeó Ritter, tienen una bastante buena relación con la Casa Rosada. En esta casta encuadra a la mayoría de las pymes
Como son los únicos que generan fuentes de trabajo, tienen -según el Gobierno- derecho a subir al podio. Ya llegando al segundo lugar en lo alto de la pirámide, el disertante situó a los "kshatryas", que aquí serían las grandes empresas de origen nacional como Acindar, Techint y Arcor. "En la India son los administradores, aquí les decimos gran empresariado nacional. Tienen una gran reputación y también son respetadas por el Presidente. Son los únicos empresarios a los que él consulta."
En lo más alto están los brahmanes, que pueden dirigir rituales religiosos. "Aquí, casi", acotó Ritter. Se refirió a los empresarios nacionales que recompran las empresas privatizadas y que "entran por la Rosada casi como por su casa; tienen las mejores relaciones con todos los niveles del Gobierno, el que les ayuda para concretar sus aspiraciones. Muchos de ellos vienen de la militancia. El Gobierno no los consulta, están para hacer negocios." Dependiendo de la casta a la que pertenezcan, las empresas tienen diferente tipo de relación con el Gobierno.
En general, los hombres de negocios optan por el bajo perfil y por no molestar. "Lo peor para ellos es aparecer en los diarios con noticias que irriten el humor presidencial. Es preferible anunciar una gran inversión aunque después se deschave como un cuento chino de 20.000 millones de dólares."
Por Jorge Rouillon, De la Redacción de LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/768985
miércoles, enero 04, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario