Grandes bibliotecas digitales y virtuales del mundo
Por Carolina Gruffat, con la colaboración de Mónica Klibanski, de Educ.ar
Las bibliotecas más prestigiosas del mundo tienen su correlato en el mundo digital, donde los formatos impresos se presentan junto a otros multimedia -como audio o video- que los complementan, y que están asociados a otro modo de producción, organización, distribución y apropiación de la información. Sin embargo, lo que habitualmente llamamos bibliotecas digitales se distinguen de las virtuales, que abren un nuevo mundo de servicios en línea, adaptados a las demandas de los usuarios.
En un principio fueron las bibliotecas electrónicas, que permitieron acceder a la información en formato digital, con todas las ventajas que esto supuso en el acceso pero sin desarrollar otras potencialidades de lo virtual. Las bibliotecas digitales o virtuales, entendidas como un entorno fueron un desarrollo bastante posterior, y llegaron de la mano de proyectos que buscaron reunir colecciones de libros, servicios y personal especializado.
En esta nota recorremos la evolución de las bibliotecas digitales, a la luz de algunos casos paradigmáticos; y comentamos algunas de las principales modificaciones que éstas introducen en los distintos momentos de la gestión del conocimiento: la organización, comunicación o difusión, almacenamiento, búsqueda, filtrado o selección, y reutilización de la información.
De la posesión al acceso a la información
El soporte digital proporciona un complemento a otros modos tradicionales de preservación y difusión de la información, cumpliendo una función de almacenamiento o de conservación del conocimiento nada desdeñable frente a la masa de producción editorial de hoy en día. Un estudioso de estos temas, José Antonio Millán, señalaba hace ya unos años que “el texto digital, esa materia extraordinariamente fluida, puede viajar por todo el mundo, tiene un coste de duplicación prácticamente de cero y además permite una asombrosa adaptación al lector”.
Sin embargo, el concepto de biblioteca digital o virtual –por el momento, los tomaremos como sinónimos- incluye una valor añadido: amplía la capacidad de búsqueda y recuperación de la información. De aquí se deriva la importancia de los llamados metadatos –o datos sobre los datos- para facilitar el acceso a la información. El problema que antes estaba en la posesión de la información se ha desplazado al acceso a la misma y al diseño de mejores sistemas de gestión de los recursos digitales.
Bibliotecas digitales y bibliotecas virtuales
Como un buen ejemplo de las bibliotecas digitales pueden mencionarse la galería online de la Biblioteca Británica, que cuenta con recursos multimedia disponibles sólo en el formato web, como la libreta de anotaciones de Leonardo y el diario musical de Mozart. En este sentido, pueden interpretarse también proyectos como el de Google y Yahoo, de conformar una biblioteca digital, o más recientemente el de la Biblioteca Nacional de Francia, que curiosamente han centrado el debate de los medios y de los especialistas en la amenaza que supone la digitalización para los derechos de autor, desplazando por ejemplo el tema de los nuevos servicios que puede brindar una biblioteca virtual.
Aunque hay que hacer algunas salvedades: la reciente compra del sitio Del.icio.us por parte de Yahoo! es un buen ejemplo para ver cómo el futuro de la web –y de las bibliotecas virtuales- va a depender cada vez más del crecimiento de las redes sociales y la participación de los usuarios en la creación y el manejo de los contenidos.
Ahora bien, la incorporación de recursos en varios formatos, actualizados periódicamente, no necesariamente incluye la incorporación de nuevos servicios, en los que el elemento humano -por llamarlo de alguna manera- intervenga de modo directo y simultáneo. Es en este punto donde se torna útil señalar algunos matices entre el concepto de biblioteca digital y el de biblioteca virtual.
Ateniéndonos a las definiciones que proporciona ODLIS, la versión online del diccionario especializado en bibliotecología y ciencias de la información, de Joan M. Reitz, una biblioteca virtual contiene colecciones que no están impresas o de modo tangible, pero sobretodo se caracteriza porque brinda servicios sólo en línea, como la Biblioteca Virtual de Colorado en Estados Unidos. En estos casos es más patente la existencia de esa cuarta pared, que propicia la inmersión del usuario en el espacio virtual, creándole la ilusión de que está dentro de una biblioteca.
El derecho propio de lo virtual
Contra la idea de que el contenido o la información serán los mismos, sin importar el formato en el que se encuentren, la noción de biblioteca virtual parte del reconocimiento de las limitaciones y potencialidades propias del entorno digital. Incorpora servicios en los que interviene el elemento humano de modo simultáneo, y aprovecha la respuesta de los usuarios para organizar la información.
El carácter abierto de la biblioteca virtual, que se ha conectado a la red y se ha desligado definitivamente de su modelo físico –aunque lo virtual tiene su propia materialidad física-, viene a coronar una evolución histórica. En esta línea, pueden interpretarse también las articulaciones entre los recursos de una biblioteca y otros eventos de la cultura, de lo que es un buen ejemplo la red de bibliotecas municipales de Barcelona, que integra a las bibliotecas en el circuito cultural de la ciudad.
Cabe esperar que herramientas de investigación sobre las prácticas culturales, como el Sistema Nacional de Consumos Culturales -SNCC-, recientemente creado en nuestro país, proporcionen los insumos necesarios para la formulación de políticas locales que articulen a largo plazo las diversas prácticas culturales.
Algunas de las principales bibliotecas digitales del mundo (ordenadas alfabéticamente):
Alemania, Die Deutsche Bibliothek
Argentina, Biblioteca Nacional de Argentina
Australia, National Library of Australia
Bélgica, Bibliothèque Royale de Belgique
Brasil, Fundaçao Biblioteca Nacional
Canadá, Bibliothèque Nationale de Quebec
Canadá, National Library of Canada
Chile, Biblioteca Nacional de Chile
Cuba, Biblioteca Nacional José Martí
España, Biblioteca Nacional de España
Estados Unidos, Library of Congress
Estados Unidos, National Library of Education
Francia, Bibliothèque Nationale de France
Holanda, Koninklijke Bibliotheek
Israel, Jewish National and University Library
Italia, Biblioteca Nazionale Centrale di Roma
México, Biblioteca Nacional de México
Reino Unido, The British Library
Rusia, National Library of Russia
Vaticano, Biblioteca Apostolica Vaticana
Otras bibliotecas del mundo en http://exlibris.usal.es/bibesp/
Catálogo de bibliotecas digitales vinculadas a la temática de educación, de la OEI
Otros recursos:
Base de datos bibliográfica, especializada en temas educativos (en inglés), producida por Institute of Education Sciences -IES-: Education Resources Information Center -ERIC-
La catalogación, necesaria pero insuficiente. Todo proceso de digitalización comienza con la elaboración de un catálogo, que deberá actualizarse periódicamente, y se completa con la trascripción de las obras de referencia, libros y otras publicaciones. Frente a la carencia de técnicas y métodos estándares de digitalización, en mayo del año pasado la UNESCO y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) editaron un módulo de formación en CD-Rom, para enseñar a los bibliotecarios y a las personas no especializadas cómo digitalizar documentos y publicarlos en línea.
domingo, enero 22, 2006
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