jueves, agosto 03, 2006

Asesinaron al obispo Angelelli para silenciar su mensaje

A muchos les molestaba que el obispo afirmara siempre que la Iglesia de Jesús ha de seguir siendo Pueblo o dejará de ser la Iglesia de Dios.

Por Horacio Cardo

Miguel Esteban Hesayne OBISPO EMERITO DE VIEDMA

Mañana se cumplen 30 años de la muerte del obispo de La Rioja Enrique Angelelli. Tengo certeza moral de que fue asesinado por anunciar el Evangelio de Jesús sin mimetismos o retaceos diplomáticos.

El 4 de agosto de 1976, encontrándome en el Obispado de Viedma, recibí la noticia oficial de la muerte del obispo Angelelli ocasionada —según comunicaba el cable— por un accidente automovilístico. La noticia de su muerte me golpeó muy hondo. Fue la triste muerte del amigo, confidente y lúcido consejero pastoral. Con la noticia de la muerte de mi hermano en el episcopado, se me agolparon los recuerdos de los encuentros personales y reuniones pastorales que había mantenido con el amigo y pastor.

Pero una y otra vez, surgía, punzante, la conversación confidencial que tuve con él quince días antes del 4 de agosto. Me preocupaba su seguridad personal. Por eso, decidí aconsejarle que por un tiempo se ocultara, quizá haciendo un viaje al exterior. Con firmeza me contestó que no, que de ninguna manera saldría fuera del país. "Mirá —me dijo con serena firmeza—, ahora me toca a mí. Si me oculto o salgo de La Rioja seguirán matando a mis ovejas" .

Corrían días oscuros y tensos cargados de amenazas, detenciones y torturas.Con estos antecedentes, ¿cómo no iba a estar convencido del asesinato de Angelelli a causa del Evangelio y cómo no iba a considerarlo y proclamarlo mártir junto a la gran mayoría del Pueblo de Dios, libre de ideologías y prejuicios políticos o recelos clericales?

Y esta íntima convicción se transformó en objetiva persuasión, al momento de leer el documento judicial que me fue enviado desde el Juzgado de Instrucción Nø1 en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de La Rioja (año 1983). De acuerdo a documentación judicial, la certeza moral del asesinato de Angelelli ha logrado la certeza judicial a tal punto que la Corte Federal establece circunstancias que no pueden ser materia de controversia y califica jurídicamente el caso Angelelli de homicidio calificado. En ese documento queda probado:

Que la camioneta fue encerrada por la izquierda cuando se produce una explosión,

Que el cuerpo de Angelelli quedó ubicado a veinticinco metros del lugar final de la camioneta, con el cuerpo extendido y los pies juntos, mostrando ambos talones pérdida de la piel sin ningún indicio de golpes o contusiones en el resto del cuerpo. Se infiere que fue arrastrado hasta el lugar por intervención de los autores del hecho.

Que la camioneta presentaba una goma desinflada, cuya cámara tenía un corte de trece centímetros, lo que no fue causa del vuelco según pericia mecánica practicada.Un hecho, que hace poco tiempo se me ha trasmitido y estimo casi desconocido, hace presumir participación personal de las Fuerzas Armadas y de Seguridad directa o indirectamente en el asesinato. Es el testimonio de la religiosa enfermera que cumplía guardia en la morgue del Hospital de La Rioja, el día de la muerte del obispo. Le tocó limpiar el cadáver y al darlo vuelta en la camilla se sorprendió por un orificio muy hondo en la nuca del cadáver. Ante la exclamación de sorpresa de la religiosa enfermera, dos oficiales de las Fuerzas Armadas y Seguridad que se encontraban en custodia la retiraron de su tarea, ordenándole: "Hermana, usted no ha visto nada".

Todo esto interesa para llegar a una sentencia condenatoria de los directos o indirectos ejecutores del crimen. A nosotros, como Iglesia Católica nos basta, hasta con grado de certeza, de que el obispo Angelelli fue asesinado. Por eso, urge esclarecer la verdad sin dilación.

Para difundir y confirmar la fe cristiana con mayor fuerza, es hora de que la Iglesia Católica en la Argentina reconozca en Angelelli su primer mártir obispo argentino.Una vez más, se cumple la afirmación evangélica que sale de lo profundo del Corazón de Jesús en plegaria a su Padre Celestial, agradeciéndole la revelación de cosas importantes a gente sencilla. (Lc.10, 21). El pueblo de Dios de todas las latitudes del país y Latinoamérica no creyó la versión oficial. El pueblo de Dios desde que se conoció la triste noticia de la muerte del obispo riojano Angelelli lo viene aclamando como mártir de la fe cristiana.

El 4 de agosto el Pueblo de Dios celebra el triunfo martirial del obispo de los pobres que dio su vida hasta la muerte para anunciar el Evangelio de Jesús al servicio del pueblo riojano en primer lugar y al mundo.Al cumplirse 30 años de su muerte martirial me uno al clamor del Pueblo de Dios para celebrar su gloriosa muerte a la luz de la fe cristiana con la esperanza que pronto podamos celebrar, gozosos y agradecidos, en la liturgia católica la festividad de Enrique Angelelli obispo y mártir, como supremo acto evangelizador para gloria de Dios Bendito. Su honda espiritualidad y su clara orientación pastoral sacudió a los tibios y molestó a los injustos y opresores. Por eso, intentaron silenciarlo. Unos no pudieron oír que anunciara la Pascua del Señor Jesús como grito de triunfo y liberación, como fuente y consigna para la tarea eficaz por la Justicia y la Paz, en contra de toda servil resignación. "El Cristo de la Pascua no quiere un pueblo resignado, sino luchador para lograr tener vida" repetía en sus homilías, haciendo tomar conciencia de Pueblo de Dios a sus feligreses.

A otros les molestaba que recordara que la Iglesia de Jesús ha de seguir siendo Pueblo o dejará de ser la Iglesia de Dios. Por eso, acuñó la frase que ha recorrido el mundo pastoral y es eje de una auténtica evangelización: "Deberemos tener permanentemente un oído puesto en el corazón del Misterio Pascual, que es Cristo, y el otro en el corazón del pueblo que debe ser protagonista".

Para desmentir a quienes pretendieron difamarlo llamándolo "temporalista" y hasta "marxista", cito una de sus muchas orientaciones de espiritualidad cristiana que entreabre su corazón inundado por la luz y la fortaleza de lo Alto: "Cristo, en su Evangelio, tiene una pedagogía especial para conducir a la felicidad y a la paz. Esa pedagogía es pasar por la cruz para llegar a la resurrección, pasar por la muerte para llegar a la vida. Lo que aparece como fracaso para los hombres, es triunfo a los ojos de Dios".

Su talante espiritual y su perfil pastoral, sellados por su muerte martirial, son un signo esperanzador para la nueva evangelización que necesita la Argentina actual.

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