lunes, marzo 20, 2006

Fuerte crecimiento evangélico en cárceles

Pastores han logrado un alto grado de adhesión en las prisiones de Santa Fe. Muchos pabellones están habitados exclusivamente por presos evangélicos.

La angustia y desesperación de vivir privado de la libertad llevó a que una gran cantidad de presos en las cárceles de Santa Fe se volcaran masivamente a la propuesta evangélica de vivir la fe.Tanto es así que en la cárcel de Coronda o en comisarias de la ciudad de Rosario ya existen pabellones exclusivamente de evangélicos. En Coronda, ocupan 4 pabellones y en siete seccionales de Rosario, el 80 por ciento de los detenidos dice pertenecer a esa iglesia."Si fuera por los pastores, Coronda ya tendría sólo internos evangélicos", afirmó el director del Servicio Penitenciario, Fernando Rosúa, en declaraciones al diario La Capital de Rosario.

El funcionario asegura también que en los pabellones de las cárceles exclusivamente ocupados por evangélicos reinan pautas de convivencia que fijan los propios presos -muchos convertidos en pastores dentro del penal- y hacen la vida carcelaria un poco más llevadera: mejor trato entre los "hermanitos", como se llaman a sí mismos, reglas claras sobre lo que pueden o no hacer y un clima más tranquilo que los agentes penitenciarios celebran.

Según detalla el informe, en los últimos diez años el crecimiento de los credos evangélicos, en especial los pentecostales explotó en la vida dentro de la cárcel.Antonio Tesolini, de la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC), señaló que el proceso cobró singular intensidad cuando a fines de los 90 las condiciones de vida en el penal de Coronda empeoraron drásticamente por una "política de mano muy dura". Con la cárcel virtualmente dividida en dos, "los pabellones destinados a garantizar una supuesta máxima seguridad empezaron a ser foco de conflictos durísimos y permanentes".

Fue entonces cuando los grupos evangélicos comenzaron a operar con más fuerza dentro de esos pabellones para producir conversiones, entre otras razones porque varios de sus internos ya se habían transformado en pastores. "Eso fue lo que les abrió la puerta y en realidad en ese momento nadie de todos los que trabajábamos en la cárcel lo vio mal, porque indudablemente llegaban y tenían algún tipo de predicamento".

Entre tanto, en las seccionales rosarinas cada vez hay más presos evangélicos visitados varias veces por semana por los pastores: siete penales de comisarías se declararon evangélicos porque el 80 por ciento de sus internos se convirtieron a esa fe e integran el programa "Misión de libertad", mientras que en todas las otras comisarías y subcomisarías los porcentajes varían entre el 20 y el 50 por ciento.

Uno de los principales objetivos que persiguen los pastores es lograr la mejor reinserción en el mundo cuando los internos recuperan su libertad. Pero, admiten, muchos de ellos (uno 30 por ciento) abandona la fe o la vida evangélica cuando salen de la cárcel.

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