jueves, marzo 16, 2006

Síndrome de la Abuela Esclava

La sobreexigencia por cuidar a los nietos puede derivar en distintas enfermedades

Se le suele considerar una etapa placentera en la que, lejos de la obligación de la crianza, se puede disfrutar de los más chicos sin culpas. Pero, lejos de las ancianas del pasado, las abuelas de hoy son mujeres activas, con poco tiempo libre. Por eso, muchas veces sienten los pedidos de ayuda de sus hijos como una exigencia. Un médico español acuñó el nombre de “síndrome de la abuela esclava” para definir los casos en los que se les impone la tarea de cuidar a sus nietos como una obligación. Estrés, hipertensión y caidas fortuitas son algunos de los síntomas.

El nacimiento de los nietos es vivido como un capítulo aparte para los abuelos. Luego de toda una vida de trabajo, llegan a esa época en la cual sus hijos ya son grandes, tienen su propia familias y, entonces, pueden comenzar a vivir sin grandes preocupaciones. Sin embargo, por diversas variables, muchas veces los abuelos se hacen cargo del cuidado de sus nietos casi como si fueran sus padres. Y, cuando el placer se convierte en obligación, la responsabilidad “extra” puede estar acompañada por un sinnúmero de problemas de salud.

Sobrecarga. Por lo general, el fenómeno afecta más las abuelas que a los abuelos. Antonio Guijarro Morales, médico cardiólogo de la Universidad de Granada, España, advirtió que existe una patología que el mismo denomina “síndrome de la abuela esclava”. “Es una enfermedad muy frecuente, grave y potencialmente mortal, que afecta a las mujeres adultas con responsabilidades directas de ama de casa”, explicó a PERFIL. Y agregó: “Se manifiesta a causa de una combinación de factores que conducen a una excesiva sobrecarga física y emocional”.

Así, las mujeres que deben seguir ocupando un rol de madre o incluso de padre en relación con sus nietos suelen estar más expuestas a desequilibrios progresivos (corporales y psíquicos) y, de esa manera, sufrir un combo de molestias crónicas como estrés, hipertensión arterial, una sensación persistente de debilidad o decaimiento, caídas fortuitas, tristezas, desánimo y hasta sofocos en la cara, taquicardias, dolores de pecho, dificultad para respirar o mareos.

Obligación. “Se ve mucho en la Argentina. La abuela reemplaza a sus hijos en el cuidado de sus chicos, que suele sumarse a su actividad laboral”, afirmó Hugo Schifis, vicepresidente electo de la Sociedad de Gerentología. “En las casas con un mayor poder adquisitivo, las abuelas pueden contar con la ayuda de personal doméstico. Por el contrario –agregó-, en aquellas donde no tienen ayuda, son las propias abuelas las que deben agacharse para lazar a sus nietos, cambiarles los pañales, cuidarlos. Y así se va deteriorando su salud.”

A veces, obligaciones mucho más sutiles como tener que llevar o buscar al nene al colegio todos los días pueden dejar su huella si se convierten en una exigencia. Pero, por lo general, no es percibido como un problema (y esa es una de las razones por las que, según Guijarro Morales, el síndrome esta subdiagnosticado). Sin ir más lejos, varias de las abuelas consultadas por PERFIL aseguraron que ellas cuidan a sus nietos con gusto, por más que de sus testimonios se desprende que sus tareas se alejan demasiado de la simple ayuda a “malcriarlos”. “Tengo seis nietos, tres varones y tres nenas, y siempre los cuido en la semana. Para mi no es una carga, lo tomo como una gimnasia. Les dedico todo mi tiempo a mis nietos porque mis hijos trabajan hasta los fines de semana”, dijo Leticia, de 56 años, mientras sostenía la mano de su nieta Celina. Por su parte, Ana María, de 63 años, contó que cuida a dos de sus seis nietos todos los días. “Mi hija trabaja, y las dos somos solas, así que le doy una mano con mucho placer. Nunca me canso, gracias a Dios soy de fierro”.

La especialista en sociología de la vejez Julieta Oddone destacó que por lo general quienes suelen hacerse cargo de los nietos son más las abuelas que los abuelos, por la cuestión “maternal” que pesa sobre la mujer. La investigadora del Conicet y de Flasco, además, señaló que, según su trabajo de investigación publicado en la revista Encrucijadas de la UBA, “las abuelas en contexto de pobreza se hacen cargo de sus nietos en un 35% de los casos”. Pero que es un fenómeno que, sin dudas, también ocurre con frecuencia “en los sectores medios y altos”.

Placer. Cuando una relación que por definición debería ser reconfortante pasa a ser conflictiva, los especialistas recomiendan replantear de nuevo las cosas. “Hoy en día, los abuelos son personas de mediana edad, con sus actividades, su trabajo y sus tiempos”, destacó el médico psicogerentólogo Leopoldo Salvarezza. Y explicó que, en definitiva, la raíz del problema está en la relación madre-hijos. “Sucede que la gente joven en situación de conflicto laboral, económico o de otro tipo suele no respetar los tiempos de sus padres (los abuelos). Y pretende que éstos cumplan la tarea de cuidar a sus nietos como si fuera una obligación, cuando en realidad debería tratarse más bien de una actividad placentera.”

De Medicina de Perfil del Domigno 12 de marzo de 2006

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