viernes, noviembre 04, 2005

El teclado lento, de Adrián Paenza en Científicos...

Los teclados universales que hoy tienen la mayoría de las computadoras derivan, como todos saben, del que tenían las máquinas de escribir. Es el famoso teclado QWERTY (las primeras letras de la fila superior) que hasta ha llegado a inspirar a muchos escritores en busca de nombre para un personaje. Los expertos saben que el teclado QWERTY es muy ineficiente. Pero si bien desde hace 80 años se han venido proponiendo mejores maneras de disponer las letras, que harían más fácil, meno cansador y más veloz el tipeado, el QWERTY sigue invicto.

¿Tendrá alguna ventaja técnica?

La primer patente norteamericana para una máquina de escribir la obtuvo el Ingeniero Christopher L. Sholes en 1868. Cuando las máquinas aparecieron en el mercado se vio que tenían un inconveniente: los dactilógrafos escribían más rápido de lo que permitía el mecanismo, de manera que los tipos terminaban trabándose. Es precisamente lo que hacíamos en el colegio comercial para inutilizar las máquinas de escribir y zafar de una clase, escuchando las maldiciones del mecánico.

Fue entonces que Sholes se propuso diseñar un teclado que frenara a los tipistas impidiéndoles que escribieran más rápido, y en 1873 inventó el QWERTY. Al poco tiempo Remington & Sons, que fabricaban fusiles y máquinas de coser, se interesaron por el invento y produjeron masivamente máquinas con teclado lento.

Los dactilógrafos tuvieron que aprenderlo, las escuelas lo enseñaron, y cuando Mark Twain se compró una Remington el nudo quedó atado para siempre. Nunca más se logró imponerse un teclado mejor, porque el desarrollo había quedado bloqueado para siempre en una ruta obligada.

Las computadoras, que en principio no limitaban la velocidad de escritura, siguen atadas a un diseño que entorpece al tipista. El día que se extingan los teclados, morirán con el QWERTY puesto.

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