miércoles, noviembre 02, 2005

Se pierden por día 500.000 raciones de alimentos aptos

Una ley que permitiría donarlas fue vetada; toda esa comida va a la basura.

Una evaluación de la Red Argentina de Bancos de Alimentos estima que se pierden por día unas 500.000 raciones de alimentos totalmente aptos que hoy son desechados por fallas en los envases o en el etiquetado o porque están próximos a su fecha de vencimiento. El Senado sancionó en diciembre pasado una ley para organizar la donación de alimentos, pero el principal artículo fue vetado días más tarde. Los legisladores no insistieron con el texto original. Tal vez el tema se haya diluido en el fragor de las pujas electorales.

Quizás se deba, como varios sostienen, a la falta de apoyo político. Lo cierto es que la ley sigue sin cumplir su objetivo: permitir que miles de toneladas de comida lleguen a quienes los necesitan en lugar de ser destruidas. La norma buscaba eliminar las trabas legales y burocráticas con el fin de favorecer la donación de alimentos que, aun siendo aptos para el consumo, por algún defecto secundario son sacados del circuito comercial. Y terminan en la basura, de donde comen muchas personas que revuelven los desperdicios.

Otros países cuentan con leyes similares. Italia es uno de ellos. De visita en la Argentina, el director de los Bancos de Alimentos de Italia y vicepresidente de la Federación Europea de Bancos de Alimentos, Marco Luccini, comentó que si bien es auspicioso que se haya dictado la ley, es una lástima que se desnaturalizara su esencia. “Los políticos dicen que no tienen recursos para ayudar a la gente con hambre, pero más grave que eso es que se tiren los alimentos" (ver aparte).

La sanción de la ley 25.989 está por cumplir su primer aniversario: el 16 de diciembre, en su última sesión del año, el Senado aprobó la ley que establece el régimen especial para la donación de alimentos (Donal), también conocida como ley del buen samaritano. Se la llama así porque se refiere a las personas que de buena fe donan mercaderías. La norma buscaba eliminar las trabas legales y burocráticas para favorecer la donación de alimentos aptos para el consumo, pero que, por algún defecto secundario, salen del circuito comercial y terminan en la basura, de donde, lamentablemente, comen cientos de personas que revuelven los desperdicios. Unos días después, el Poder Ejecutivo vetó el artículo 9 mediante el decreto 2011/04. Era el punto más conflictivo, pero en él radicaba, según sus impulsores, el alma de la ley.

El proyecto, presentado por el diputado José Luis Fernández Valoni (de Acción por la República), eximía de responsabilidad a las empresas que acreditaran haber donado alimentos en buen estado. Limitaba la responsabilidad de los donantes siempre y cuando las mercancías tuvieran la aptitud solicitada por el código alimentario argentino y se especificaba que los alimentos debían ser repartidos con la celeridad necesaria que asegurara su conservación. El donante quedaba liberado de responsabilidad por daños y perjuicios, salvo que sus hechos u omisiones degeneraran en delitos.

"La ley era una herramienta para recuperar alimentos en buen estado que no son comercializados por problemas de envase, por ejemplo -señaló Adolfo Brennan, presidente de la Red Argentina de Bancos de Alimentos-. Los grandes generadores de desperdicios están en manos de empresas multinacionales que necesitan el amparo de una ley que proteja su responsabilidad, y aun cuando tienen la voluntad de donar, prefieren tirarlos para evitar problemas." Brennan adelantó que comenzaron a dialogar con el Poder Ejecutivo para minimizar las diferencias de este proyecto: "Queremos conformar a los diferentes sectores; buscar una alternativa que dé un paraguas a las empresas y, al mismo tiempo, evitar que se desperdicien más alimentos en buen estado".

La Red de Bancos de Alimentos distribuye -a través de 11 bancos- 300.000 kilos de alimentos por mes a 900 comedores que asisten a 130.000 personas en todo el país. En el último año distribuyó 2.300.000 kilos de alimentos. Tiene un manual de procedimiento donde hay una serie de controles que brindan normas de calidad a todo el proceso. "Casi todo lo que llega está en perfecto estado, pero cuando hay elementos de dudosa actitud se pide un certificado al productor que lo donó y los bancos lo comprueban con algún voluntario especializado", aclaró Brennan.

La red recibe donaciones de fábricas, productores agropecuarios e industrias y trabaja en base a los procedimientos second harvest, asesoramiento que recibieron de la red de bancos de los Estados Unidos. "Se supone que un veto parcial no tiene que modificar el espíritu de la ley, pero la norma perdió sentido al eliminar el artículo 9. Era el alma del proyecto porque ese artículo apuntaba a la prueba de negligencia grave o de dolo. Y hoy no se dona todo lo que se podría donar porque existe esa espada de Damocles", se quejó Fernández Valoni. No es un tema menor. La cuestión de los controles alimentarios responde a un laberinto de leyes y no es factible eximir de responsabilidad a ninguna de las partes cuando se está detrás de algo tan vulnerable como la salud. Pero ¿quién se ocupa de resolver algo tanto o más grave como es el hambre, que también enferma? La cuestión a la que apuntan los involucrados en el debate es ésta: si el Gobierno no consideraba prudente la sanción de esta ley, ¿qué alternativa propuso después del veto?

Un largo camino

El proyecto había recorrido una travesía legislativa de más de tres años hasta ser sancionado, el 10 de noviembre último, por la Cámara de Diputados. Organizaciones civiles, como Caritas, la Red Solidaria o el Banco de Alimentos, se habían movilizado para apoyar la iniciativa. Su sanción fue un buen ejercicio de trabajo articulado entre entidades, políticos y empresas. Después del veto parcial, el proyecto volvió a la comisión de origen, Legislación General, pero ni siquiera se incluyó en el temario de la comisión. "Está claro que el Ejecutivo no tiene iniciativa política de que se ponga en marcha y esa medida se refleja en sus bloques. Como no se trata de una iniciativa del bloque oficialista, es probable que nunca se impulse", explicó una fuente legislativa.

La falta de interés en el tema y la escasez de consenso político impidieron que sus propulsores insistieran en el Congreso con el texto original del proyecto. Valoni y el diputado macrista Federico Pinedo dijeron a LA NACION que, una vez que el cuerpo retomara el ritmo de trabajo que había perdido durante la campaña, volverían a la carga con el tema. La redacción original del proyecto debería ser reincluida en el temario y aprobada por los dos tercios de los presentes en el recinto para después pasar al Senado, donde tendría que recorrer otra vez el mismo camino. "El oficialismo ya le bajó el pulgar al vetar ese artículo. Con la amplia mayoría de legisladores que el oficialismo consiguió en las elecciones del domingo pasado es casi seguro que no se va a volver a tratar el tema", consideró otra fuente legislativa.

Según indicaron varias fuentes, uno de los principales objetores del cuestionado artículo fue el ministro de Salud, Ginés González García. "La objeción radica en que si no hay alguien que se haga responsable, en última instancia el responsable es el Estado y el Estado no puede hacerse cargo de un alimento que no chequeó", explicó una de las fuentes consultadas. LA NACION intentó conversar con el ministro, pero se encontraba de viaje y luego, enfermo. "Estamos de acuerdo con el concepto de donar alimentos, pero casi todos los organismos del Estado, sin saberlo, hicieron las mismas objeciones", dijo Mercedes Nimo, a cargo de la Dirección Nacional de Alimentos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos. "Creemos que es importante que las empresas donen alimentos, y toda ley que tienda a promover la donación está bien vista, pero era necesario resguardar a los destinatarios finales", agregó Nimo.

Estos destinatarios, mientras sigue el debate, siguen revolviendo la basura en busca de algo que comer. Y surge una pregunta fundamental: ¿cómo se resguarda mejor a quienes sufren hambre? Por Cynthia Palacios De la Redacción de LA NACION http://www.lanacion.com.ar/752255

No hay comentarios.: